sábado, 7 de julio de 2007

Pero regresa

Para llenar el vacío espaciotemporal que dejaste al irte, regresa...

Cuando se especulaba que no habría segunda temporada de Haruhi Suzumiya no Yuutsu, al parecer, Kyoto Animation y compañía estarían dispuestos a estrenar a fines de este año una nueva entrega del animé más pegajoso de la década, cuyo título será Suzumiya Haruhi no Shoushitsu. Motivo suficiente para volver a referirme a ella, porque se trata de un producto literario (ciertamente light, pero no entraré a discutir esas categorías estéticas en este momento) adaptado al formato animado con éxito, lo que prueba una teoría que venía masticando hace tiempo pero que nunca me había animado a confesar a ningún amigo cinéfilo: que la única manera de trasladar una novela con fidelidad es a través de una miniserie.

¿Alguno de ustedes ha visto la adaptación cinematográfica de alguna novela de éxito? Recuerdo dos adaptaciones desastrosas: El código da Vinci y Los miserables. Desaprovechamiento de recursos y buenos actores. Desde luego, mis amigos cinéfilos argüirán que el formato de largometraje debe ser comprendido dentro de sus posibilidades y limitaciones, sin embargo, eso no justifica que un director se aventure al traslado macabro de un texto que supera la expectativa de adaptación. Nuevamente, el aspecto trascendental está en el tiempo: supongamos que nuestra película durara 180 minutos, el planteamiento fílmico no alcanzaría a abarcar la totalidad de Guerra y paz, pese a que su adaptación sea magnífica (una luminosa Audrey Hepburn como Sonia Rostov).

Pero volvamos a Haruhi Suzumiya, pues nos hemos alejado demasiado. He leído las novelas de Nagaru Tanigawa (desearía haber contado con una mejor traducción, pero tampoco puedo exigir mucho) y puedo garantizar que el lector siente que el trasvase a la imagen potencia el trabajo literario. La saga de Haruhi abarca nueve libros, entre novelas y libros de cuentos. La imaginería fantástica es desbordante. Si creyeron que la primera temporada era deslumbrante, les aseguro que queda mucho por develar, tan impactante y satisfactorio, siempre y cuando se mantenga ese nivel de fidelidad al texto.

Haruhi Suzumiya noYuutsu es la mejor novela light que pude haber leído. Trazada con un lenguaje directo, sencillo, aunque por momentos incurre en comparaciones trilladas (los ojos suelen ser comparados con frecuencia con estrellas, digamos, con Alfa Centauri), privilegiando una narración directa pero sazonada con comentarios de (podríamos llamarlo) proto-monólogo-interior de Kyon, tratando de sustituir una hipotética voz en off que contestara o contrastara a Haruhi a través del sarcasmo… y todavía falta mucho por comentar. El producto es aceptable, pero la serie lo despercude de ripios, sobre todo estilísticos sin traicionar el desarrollo argumental porque se trata de figuras retóricas que desmejoraban un poco el tono descreído del narrador (en este caso, Kyon).

En el cuento “Agosto infinito” (El descontrol de Haruhi Suzumiya), Haruhi decide organizar una actividad al aire libre con el escuadrón SOS, pero advierte que no le alcanzará el tiempo para todos los eventos que tenía planeados. Subconscientemente (porque, se supone, así controla el mundo) ha estado reseteando el devenir temporal para evitar que las vacaciones se terminen reajustando la memoria de toda la humanidad. En total, la cifra alcanza las 15.498 veces. Yuki ha sido la única en notarlo y calcularlo, es decir, ha vivido 594 años de repeticiones en un bucle temporal que deja a Asahina al borde del paroxismo existencial (no puede comunicarse con el futuro porque no existe futuro). Nagato aclara que incluso esta noticia ha sido revelada a los muchachos 8700 veces sin poder impedir el reinicio. Neofantástico puro.

¿Cómo trasladarán este relato al formato animé?: me imagino que con la misma astucia y originalidad que se exhibió en las anteriores entregas. Me preocupa también el tema de openings y endings. En YouTube puede verse la versión completamente dance del famoso “Hare Hare Yukai” con la coreografía más recordada, parodiada e imitada de los últimos tiempos (un ending tan provocador, quizá solo los poemas del perro en Excel Saga y “El mambo de Mahoro” del Triomatic en Mahoro Automatic Maiden, pero luego, ninguno). ¿Nos ofrecerá la segunda temporada un complemento musical tan sabroso? Esperemos.

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